Recién estuve en casa de mis padres. Me recibieron con muslos de pollo guisado, puré de batatas y papas, ensalada mixta con aderezo a base de reducción de guayaba, y pan campesino, en resumen una síntesis de la gastronomía venezolana o a la manera de Venezuela.
A medida que fui comiendo, en mi paladar pasaba algo formidable, único e inolvidable. Fue un momento sin igual. Influyó la distancia, el reencuentro con los míos, el recuerdo de los años mozos y, por supuesto, el cariño con que fue preparada la comida. En los pocos días que estuve con ellos reconforté mi espíritu y mi panza.
También visité restaurantes de diferentes estilos que, con el cazón y el pargo, la falda y la lapa, el ají dulce o la rúgula, frutas de elevada frescura, y utilizando los métodos adecuados de preparación, confirmé que en mi país se come muy bien.
El desarrollo gastronómico venezolano
Pero más allá de mi apreciación, ¿realmente Venezuela cuenta con un desarrollo gastronómico de alto nivel?
Aun estando el país en una profunda crisis humanitaria, todavía es posible encontrarse con sabores que han caracterizado, por varias décadas, a la gastronomía venezolana o a la manera de Venezuela.
Las condiciones del desarrollo
El clima, las costas sobre el Mar Caribe, ríos, sabanas, montañas, suelos, flora y fauna hacen que los productos que se obtienen, más la calidad del servicio, sean las claves en operaciones gastronómicas exitosas.
Además de la calidad de las materias primas o alimentos, la apertura que tuvo el país ante la inmigración, son factores que lograron sembrar generaciones de cocineros y empresarios que, a mi manera de ver, tienen hoy en día propuestas culinarias de alto valor en el país.
La inmigración
Ciudadanos españoles, italianos, portugueses, franceses, alemanes o griegos, fundaron restaurantes que, por ejemplo, hacen de Caracas, una ciudad donde comer puede ser una experiencia memorable.
De Argentina, Colombia, México, Perú, países árabes, China y otros, llegaron familias para mejorar su calidad de vida, armaron negocios de comida y cultivaron lo mejor de su cultura gastronómica en el país.
La comida venezolana la encontrábamos en pocos lugares. Los más conocidos, las areperas, y aún no siendo nuestra comida tan extensa como la de otros países, la contribución de cocineros, escritores, institutos o academias de cocina, impregnaron el país de propuestas que están a la par de corrientes gastronómicas de otras latitudes. Es cada vez mayor la cantidad de negocios cuyo foco es realzar el valor de la comida venezolana.
Los sabores venezolanos, se exportan?
Ahora bien, el aprendizaje y desarrollo gastronómico interno, ¿han sido suficientes para exportar los sabores de nuestra comida?
La inmigración venezolana empezó hace unos veinte años, como consecuencia de los cambios políticos y sociales que comenzaron tras los intentos de golpe de estado de los 90.
Venezolanos salen buscando un mejor futuro, igual que los inmigrantes europeos en la posguerra hacia países donde existían mejores condiciones de vida y desarrollo.
Empresarios, emprendedores y cocineros venezolanos hoy están al frente de operaciones gastronómicos alrededor del mundo. Algunos desarrollan negocios de comida italiana, española, árabe, peruana, americana…, gracias al conocimiento, experiencia o tradición familiar y oportunidades de mercado. También jóvenes cocineros han logrado estudiar y trabajar en restaurantes laureados en países donde la gastronomía tiene mucho que decir. En estos casos considero que Venezuela exporta talento gastronómico.
Se están dando pasos certeros?
Existe otro grupo de gente desarrollando negocios de comida venezolana en países y ciudades donde han llegado.
Cada vez hay más restaurantes, pastelerías, panaderías, negocios de catering, pop up’s, food trucks, fábricas de productos masivos, queseras, embotelladoras.
Se consiguen en New York, Boston, Miami, San Francisco, Barcelona, Madrid, Montevideo, Sydney, Panamá o Bogotá.
Lo más usual en estos negocios son las arepas, cachapas, tequeños, empanadas, hallacas, pan de jamón, pabellón, asado negro, milanesas, pastichos y otros platos que caracterizan nuestra manera de comer.
Es muy frecuente encontrarse con esa propuesta y podría decirse que por medio de este grupo los sabores venezolanos se conocen cada vez más en varios lugares del planeta.
Debemos entender que la clave está en la propuesta gastronómica con una extraordinaria vocación de servicio al cliente.
Cuál es el nivel de la gastronomía venezolana en el mundo?
No obstante, cabe la pregunta: ¿la gastronomía venezolana que se exporta está al mismo nivel de la que se consume localmente?
En Venezuela hacer negocios, en condiciones normales, no fue demasiado complicado. Hoy en día, a pesar de las condiciones extremas que vive la sociedad, si vas a un restaurante, por lo general está lleno, y en tiempos pasados mucho más.
Sin embargo, llegar a otro país y pensar que ser’igual, con un servicio por debajo del promedio y sin prestar atención a los detalles, pone las cosas cuesta arriba y con mucha frecuencia veremos emprendimientos que duren poco.
Hay venezolanos que logran descifrar los temas de mercado, de operaciones, logística y proveedores, la legislación, impuestos, etc. Con mucha constancia, esfuerzo y excelente servicio construyen un futuro promisori en otros países.
Quizá nuestra astronomía fuera del país, esté al nivel de las areperas del país. Pero no tengo duda de que el proceso de maduración como inmigrantes hará que la gastronomía venezolana llegue al más alto nivel de la cocina mundial.
Creo firmemente que nuestros chefs, cocineros y empresarios regados por todas partes del planeta y que entienden que con esfuerzo y constancia se construyen buenas cosas, están dando los primeros pasos para lograrlo.
Apuesto por eso.